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Indulgencia plenaria con motivo del 800 aniversario de la “Navidad de Greccio”

Del 8 de diciembre al 2 de febrero de 2024 en cada iglesia franciscana.

Con motivo del 800° aniversario de la “Navidad de Greccio”, la Penitenciaría Apostólica concedió una indulgencia plenaria a todos los fieles que, desde el 8 de diciembre de 2023 (Solemnidad de la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen María) al 2 de febrero de 2024 (Fiesta de la Presentación en el Templo de Nuestro Señor Jesucristo) irá a visitar un belén en una iglesia confiada a los frailes franciscanos de todo el mundo.

La Familia Franciscana había remitido la petición al Santo Padre el pasado 17 de abril, “con el fin de promover la renovación espiritual de los fieles y aumentar la vida de gracia”, se lee en la petición enviada a la Penitenciaría Apostólica. “Al detenerse en oración frente a los belenes, los fieles pueden obtener la indulgencia plenaria en las condiciones habituales (confesión sacramental, comunión eucarística y oración según las intenciones del Sumo Pontífice) y es necesario también participar devotamente en el jubileo. ritos, o al menos detenerse frente al belén allí preparado, dedicando un tiempo adecuado a piadosas meditaciones, concluyendo con el Pater Noster, símbolo de la fe y las invocaciones a la Sagrada Familia de Jesús, María, José y San Francisco de Asís.

Invocación a la Sagrada Familia y a San Francisco de Asís

Oh Buen Jesús, contemplando este Belén, te pido la gracia del perdón de mis pecados. Tú eres el sol que sale de lo alto, hecho carne para iluminar a los que viven en tinieblas y en sombra de muerte. Tú hiciste tu hogar entre nosotros y nos amaste hasta el punto de dar tu vida por nosotros. No viniste a condenar al mundo sino a salvarlo. Dame la gracia del arrepentimiento sincero y la humildad para reconocer mi fragilidad. Dame fe en tu misericordia y renueva en mí el gozo de tu salvación.

María, Madre de Jesús y Madre de la Iglesia, enséñanos la alegría de los humildes y de los que creen en las promesas del Señor. Ayúdanos a proclamar la grandeza del Dios que acompaña y salva a nuestra humanidad sufriente. Eres el amanecer de una nueva creación. Eres Virgen hecha Iglesia, eres Madre de gracia y de misericordia. Escucha nuestra súplica por la ternura de tu Inmaculado Corazón.

San José, justo y fiel siervo del Señor. Eres un guardián santo y generoso. No nos privéis de vuestro cuidado, peregrinos perdidos en busca de la verdadera patria. Protege a la Iglesia de las trampas del maligno y enséñanos a confiar en Aquel que entregó a su Hijo unigénito para librarnos del pecado, del mal y de la muerte.

San Francisco de Asís, tú que amaste tanto a Cristo pobre y humilde que quisiste revivir en Greccio, con fe y devoción, la noche de su nacimiento en Belén, intercede por nosotros para que podamos contemplar con corazón puro la belleza. de la encarnación del Hijo de Dios y de la dulzura de su mirada que nos llama a una vida nueva. Amén.